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Coca-Cola se tambalea: el nuevo IEPS le da un trago amargo a su expansión en México

La refresquera más grande del país advierte freno en inversiones por el aumento del impuesto especial a bebidas azucaradas que entrará en vigor en 2026.

Staff Reporte Agora

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Equipo editorial de Reporte Ágora, cobertura local en Hidalgo con enfoque en servicio público y datos verificados.

Botellas de Coca-Cola alineadas en supermercado tras anuncio del nuevo IEPS.

Coca-Cola FEMSA detiene su crecimiento por el nuevo impuesto especial a bebidas azucaradas que entrará en vigor en 2026.

La multinacional Coca-Cola FEMSA anticipa una fuerte desaceleración en su crecimiento en México a partir de 2026, luego de que el Gobierno Federal confirmara el ajuste al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado a bebidas azucaradas.

De acuerdo con la empresa, el incremento del gravamen afectará directamente sus costos de producción y los precios al consumidor, lo que podría traducirse en una caída de hasta 7% en ventas nacionales durante los primeros meses del próximo año.

FEMSA congela expansión y reevalúa inversiones

El aumento del IEPS —parte de la política de salud pública del nuevo paquete fiscal— ha provocado que FEMSA pause temporalmente su expansión en el norte y centro del país, incluyendo la construcción de nuevas plantas embotelladoras y centros de distribución.

Fuentes internas señalaron que la compañía analiza una reestructura de operaciones y la reducción de personal en áreas administrativas y logísticas.

“Nos enfrentamos a un entorno complicado. El impuesto impactará directamente al consumidor y al mercado de bebidas en general”, dijo un vocero de la firma.

Coca-Cola FEMSA, que representa más del 50% del consumo de refrescos en América Latina, había proyectado un crecimiento del 5% anual en México, pero tras el anuncio del IEPS, revisará sus metas financieras y de inversión para 2026.

Reacciones del mercado y consumidores

Analistas financieros advirtieron que el aumento de precios podría desplazar la demanda hacia bebidas alternativas o marcas locales más baratas, afectando no solo a FEMSA, sino a toda la cadena de distribución.

El sector de tiendas de abarrotes también teme pérdidas, al representar los refrescos entre el 20% y 30% de sus ingresos diarios.

Economistas consultados por Reporte Ágora advirtieron que la medida podría “castigar más al bolsillo popular que al consumo calórico”, ya que el impuesto no distingue entre bebidas industrializadas y artesanales.

Mientras tanto, la refresquera busca negociar con la Secretaría de Hacienda un esquema de incentivos verdes que reconozca sus programas de reciclaje y reducción de azúcar en productos light y sin calorías.