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El “divorcio del sueño”: por qué cada vez más parejas lo practican

Cada vez más parejas optan por dormir en camas separadas para mejorar su descanso. El sueño de calidad se vuelve prioridad en la convivencia.

Staff Reporte Agora

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Pareja desayunando con dos habitaciones al fondo, símbolo del divorcio del sueño o sleep divorce.

Cada vez más parejas deciden dormir separadas sin que eso implique un distanciamiento emocional; priorizan el descanso y la convivencia saludable.

Dormir en camas separadas ya no es sinónimo de crisis ni de ruptura emocional. En distintos países, cada vez más parejas adoptan el llamado sleep divorce o “divorcio del sueño”, una práctica que consiste en descansar en habitaciones distintas para mejorar la calidad del sueño, sin que eso implique el fin de la vida en pareja.

Ronquidos, horarios diferentes, movimientos nocturnos o preferencias opuestas de temperatura son algunas de las razones más comunes por las que se opta por esta estrategia.

Dormir mal tiene consecuencias físicas y emocionales: irritabilidad, conflictos recurrentes y agotamiento. Por eso, para muchos, dormir separados se ha convertido en una decisión funcional que protege la relación.

Aunque la costumbre de compartir cama está culturalmente arraigada como una forma de conexión, no garantiza necesariamente un buen descanso.

En cambio, algunas parejas descubren que la calidad del sueño mejora significativamente al dormir por separado, lo cual repercute positivamente en su estado de ánimo y su convivencia.

Una encuesta realizada por la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño en 2023 reveló que el 43% de los adultos ha dormido en camas separadas, al menos ocasionalmente.

Este hábito es especialmente común entre personas de entre 28 y 42 años, quienes priorizan el bienestar emocional y físico.

A pesar de sus beneficios, el sleep divorce no está exento de retos. El principal es la posible pérdida de intimidad.

Muchos consideran que el momento de ir a la cama es una de las pocas oportunidades diarias para compartir conversaciones o cercanía física. Ante esto, especialistas en relaciones recomiendan encontrar otros espacios para nutrir el vínculo emocional.

En resumen, dormir separados no significa querer menos. Significa buscar nuevas formas de cuidar la relación, a través del descanso, el respeto al espacio personal y la conexión consciente.