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Hidalgo

Agentes notifican por violencia familiar; templo “El Angelito Negro 666” los ataca y mata a uno

Agente investigador muere tras ser atacado en Pachuca por grupo vinculado a secta; PGJEH detiene a cuatro personas en colonia La Loma.

Staff Reporte Agora

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Elementos de seguridad resguardan el domicilio donde ocurrió el ataque contra dos agentes de la PGJEH.

La madrugada de este domingo, dos agentes de investigación de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) fueron atacados brutalmente mientras cumplían su deber: notificar una medida de protección por violencia familiar en un domicilio de la colonia La Loma, en Pachuca.

La intervención, ordenada como parte del protocolo para proteger a una mujer víctima, terminó en tragedia. Uno de los agentes fue asesinado a golpes, mientras que su compañero permanece gravemente herido.

Lejos de una emboscada criminal organizada, los atacantes fueron presuntos miembros de un templo identificado como “El Angelito Negro 666, lo que vuelve el hecho aún más inquietante: un sitio que se presenta como espacio religioso operó como escenario de un linchamiento contra servidores públicos.

Un caso que evidencia fracturas sociales y de autoridad

La violencia no fue fortuita. Vecinos señalan que en la colonia La Loma opera desde hace tiempo un hombre apodado “El Tal Padrino”, identificado como generador de violencia en la zona.

Hoy está detenido, junto con tres hombres y una mujer, pero la pérdida humana ya es irreparable.

Surge la duda: ¿por qué no se reforzó la seguridad para un operativo con alto riesgo, si ya existían reportes sobre la peligrosidad del lugar y sus ocupantes? ¿Fue decisión de la titular de la PGJEH, Patricia Moya, enviar a los agentes sin apoyo táctico suficiente?

No es un hecho aislado: violencia al alza en Pachuca

Este ataque no se da en el vacío. Apenas el sábado, una riña vial en Zona Plateada casi termina en tragedia: un conductor sacó una navaja tras una discusión.

Y hace menos de un mes, otro hombre murió tras un altercado con un taxista. La violencia se repite en escenarios cotidianos.

Pachuca enfrenta una normalización preocupante de la agresión como respuesta inmediata, ya sea contra autoridades o entre ciudadanos.