Las protestas contra las redadas migratorias encabezadas por el ICE en Los Ángeles llegaron a Texas. La noche del lunes, cientos de personas salieron a las calles de Austin, Dallas y Houston en apoyo a las manifestaciones que desde hace cinco días mantienen en tensión a la ciudad californiana.

En Austin, los manifestantes se dirigieron a la sede del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), donde fueron dispersados con gas pimienta y balas de goma por agentes del Departamento de Seguridad Pública de Texas. Las autoridades locales declararon la protesta como “asamblea ilícita”, y hubo detenciones.

En Dallas, la movilización también fue reprimida cerca de las 22:00 horas. Entre gritos y pancartas con mensajes como “Nadie es ilegal” y “Fin a las políticas de deportación”, la policía utilizó gas pimienta para disolver el contingente.

Estas manifestaciones se dan en un contexto de escalada en la tensión migratoria impulsada desde la Casa Blanca. El presidente de Estados Unidos ordenó el envío de 2 mil elementos de la Guardia Nacional a Los Ángeles, sin consultar al gobierno estatal, en una acción sin precedentes desde hace más de 60 años.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, aliado de Donald Trump, respaldó la acción federal y criticó a los manifestantes:

“Se está llevando a cabo un asalto organizado contra los agentes del orden, es hora de que se acabe y de permitir a los federales hacer cumplir las leyes del país”.

Por su parte, Trump advirtió que podría invocar la Ley de Insurrección, una norma de 1807 que permite al presidente usar al Ejército para frenar disturbios civiles.