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Internacional

Nueva llamada telefónica entre Trump y Xi Jinping en medio de tensiones por tierras raras y aranceles

Nueva llamada telefónica entre Trump y Xi Jinping en medio de tensiones por tierras raras y aranceles; buscan evitar una escalada.

Staff Reporte Agora

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Los presidentes Donald Trump y Xi Jinping se saludan al inicio de una cumbre internacional.

En medio de un clima de incertidumbre económica y comercial, los presidentes Donald Trump y Xi Jinping sostuvieron una nueva llamada telefónica con el objetivo de contener las tensiones entre Estados Unidos y China. La conversación, solicitada por Trump, ocurre tras nuevas fricciones por el incumplimiento de acuerdos arancelarios y las restricciones sobre la exportación de tierras raras.

Una tregua con grietas

El pasado 12 de mayo, ambos gobiernos pactaron en Ginebra una reducción temporal de aranceles por 90 días. Washington acordó disminuir sus gravámenes del 145% al 30%, mientras que Pekín redujo los suyos del 125% al 10%. Sin embargo, la aplicación efectiva de estos compromisos ha sido cuestionada por ambos lados.

Estados Unidos acusa a China de limitar las licencias para exportar tierras raras, minerales esenciales para sectores como la tecnología y la defensa. En respuesta, Pekín señala que Washington ha impuesto nuevas barreras a la exportación de chips y cancelado visados para estudiantes chinos.

Efecto en las cadenas de suministro globales

Las restricciones chinas han afectado a industrias clave en Europa y Norteamérica. Empresas automotrices han reportado problemas en sus cadenas de suministro por la escasez de materiales críticos. La Unión Europea ha solicitado a China establecer un canal preferente de exportación para empresas confiables, como medida de contención ante una posible crisis de abastecimiento.

Un canal de comunicación abierto, pero frágil

La nueva llamada telefónica entre Trump y Xi Jinping busca mantener abiertas las vías diplomáticas y evitar una escalada mayor. Sin embargo, las diferencias estructurales entre ambas potencias y el uso de medidas unilaterales siguen marcando la agenda bilateral.

Por ahora, no hay señales claras de un acuerdo de largo plazo. La guerra comercial EE.UU.-China podría recrudecerse si no se establecen mecanismos de verificación y cumplimiento más sólidos.